Acervo cultural

La semana pasada se llevó a cabo el más reciente simulacro electoral. Simulacro que forma parte de la tradición electoral mexicana. Surge como respuesta a la dictadura convencional, la cual traía como desventaja levantamientos armados. Levantamientos difíciles de digerir. La idea es crear la ilusión democrática con el fin de renovar una dictadura. Países vecinos celebran tradiciones similares. El mundo moderno deja atrás estos comportamientos. Poco a poco ha ido mueren viejas costumbres. ¡El gobierno busca defenderlas! Instituciones se rehúsan a perder sus raíces. Se una tradicón homogénea. Todos por parejo. Regios, poblanos, mexiquenses, cachanillas, paceños bajo una misma ilusión.

Participantes del evento se esmeran en hacer evidente esta parte de la cultura política. Se festeja cada seis años. Los preparativos comienzan años previos al evento. Burócratas se motivan. Empiezan los rumores. ¿Quién será el ganador? ¿A quién elegimos? ¿Qué tal si es presidenta? Nah, no rompas con tradiciones. ¿Y si empezamos una guerra en nombre de la democracia? No hay que copiar costumbres de otros lados. Las mejores fiestas han sido cuando nos vamos con lo tradicional. Lo sencillo. Recuerda. Entregar sacos de cemento, despensas, gorras, camisas, eso sale más barato y le encanta a la gente. Las guerras no andan de moda y además el ejército anda ocupado.

Simulacro tras simulacro el IFE se enrolla más. Sus aportaciones son notorias. ¡Nosotros ponemos más boletas! ¡No, es más las duplicamos! Unas las llenamos desde ahorita. ¿Y cómo dices que se llamará el próximo? ¿Ernesto qué perdón? Ah pues si lo conozco al compa. Osea que ya andamos repitiendo candidatos. Los noticieros montan reportajes. Se apegan a las raíces del festejo. Mismos reportajes. Mismos reporteros. Más arrugas. Aquí te encargo estos artículos. Acualiza los nombres de los participantes. Cada festejo llama a mayor propaganda. Que se difunda. Que la gente no se olvide. Falta poco. Difusión en postes, paredes, espectaculares, pósters, camisas, gorras, lentes, tarjetas de teléfono, termos, agujetas, pulseras, anillos, calcetines, calcomanías, lonas, encuestas, pantallas, ondas, murales, bancas, botes de basura, pantalones, tatuajes, edecanes, refrigeradores. Como nuevos agregados tenemos bots y trolls. ¿Y monederos electrónicos? Buena idea.

Se acerca la fecha. Protestas en contra de uno. Lo corren de la Ibero Entra el pánico. Es normal, siempre sucede en los eventos. fiestas vacías. La gente tarda en llegar. Recuerda, son mexicanos llegan a deshoras. Pues no llegan. ¿Y los acarreados? No son acarreados, es gente que quiere participar en la celebración. Nosotros sólo los transportamos al evento y de regreso a sus casas. La policía cerciora que los tiempos se sigan como estaban previstos. El Partido Verde se anota a la protección de mapaches, cría halconcitos y busca carne de chivo para asegurar un buen festejo. Salen los primeros resultados. Comienza el conteo. Aquí se dan a conocer las sorpresas. Es la etapa mayor emoción. A veces candidatos se rinden al poco tiempo de comenzar el conteo, a veces se cae el sistema, también hay veces en los resultados son tan cercanos que es cardíaco. Cabe mencionar que por lo general hay muchos aspectos de esta etapa que se mantienen por amor a la tradición, como el hecho de tener más votos que votantes, que los votos de un partido pasen a contar para otro, que el conteo de votos de un partido sea ilegible. El día continúa. Se declara un ganador con resultados no oficiales. Los güeros se agregan al festejo. Su emoción no se contiene. Felicitan a un candidato antes del dictamen.

Calles que despiertan, gritan y se quejan. Quejas que crecen, se enamoran, se reproducen, se suman; se convierten en letreros, lonas y marchas. Barrios entran en pánico, vacían supermercados. La gente hace entrevistas. Los medios hacen bodas. Las calles gritan. Instituciones cierran sus puertas. Esta gente que no entiende. Ese político que no sabe perder. Festejos vacíos. Mentiras que se atrapan con redes. Empresas que cumplen su contrato. El país se retuerce. Todo esto como parte de una tradición impuesta.

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